Buscar desde este blog

jueves, febrero 25, 2010

Beato Sancha, el padre comprometido con los pobres

En el día de su elevación hacia el Padre, recordamos al Fundador de la Congregación Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.

Durante el siglo XIX y parte del XX, vivió un gran hombre, sencillo, menudo de cuerpo, pero grande de espíritu.

Su celo de ardiente caridad lo hizo todo para todos, extendiendo su acción no sólo a la Iglesia de España, sino que, cruzando el Atlántico, plantó en Santiago de Cuba una semilla que, cual gran de mostaza, germinó y ha dado fruto abundante, extendiendo sus ramas por varios países de América y Europa. Me refiero al Venerable Ciriaco María Sancha Hervás, fundador de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.

Los pobres fueron siempre sus preferidos, tanto los pobres de bienes materiales como de bienes espirituales. Por lo que, comprometido con los pobres puede ser una síntesis de su vida.

Con estas palabras de la Hermana Sor Ignacia Taveras HCCS, se inicia la biografía breve del Padre Fundador de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.

Una biografía escrita por todas, y con la voluntad de todas.

Nacido en Quintana del Pidio, España el 18 de junio de 1833, se ordena sacerdote a los 25 años y a los 28 termina la Licenciatura en Teología.

No duró mucho tiempo este padre en España, pues pocos meses después es llamado como secretario de Monseñor Primo Calvo Lope, a quien recién había nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba. Allí, en breve tiempo fundó la Congregación Hermanas de los Inválidos y Niños pobres, que posteriormente se convirtió en la Congregación HCCS.

Por oponerse al nombramiento estatal de un Padre, a ejercer el gobierno del Arzobispado en Santiago, contrario a la decisión de la Santa Sede cumplió prisión. Y aprovechó este tiempo para convertir a los presos, quienes sucumbieron al encanto de la solidez cristiana de Sancha.

Volvió a España y en 1876 fue consagrado obispo auxiliar del Arzobispo de Toledo.

Una nueva sede esperaba en 1882, cuando fue nombrado obispo de Ávila, la diócesis de Santa Teresa, cuyo centenario le correspondió organizar. De su paso por Ávila organizó el Congreso Católico Nacional con la finalidad de unir las fuerzas católicas de España en momentos muy difíciles para el Papado, como sabemos, después de la unificación de Italia en 1870. También en Ávila fundó el Monasterio de Benedictinas Trapenses.

Estando en Ávila lo enviaron a fundar la diócesis de Madrid, destacándose como un gran Obispo reformador, dotando a sus sacerdotes de medios eficaces para dignificar su vida y ministerio. En Madrid organizó el Congreso Católico Nacional al que seguirían otros.

Sancha fue nombrado Arzobispo de Valencia en 1892 y aquí pudo desplegar uno de sus carismas más conocidos, su interés por la situación del mundo obrero y en 1894 organizó la primera peregrinación nacional a Roma, acompañando unos 18,000 obreros. En Valencia organizó el primer Congreso Eucarístico Nacional y trabajó por elevar el nivel cultural del Clero, liberándolo de afecciones políticas.

Seis años duró el Episcopado de Sancha en Valencia hasta que el mismo Papa León XIII decidió trasladarle a la Sede Primada de Toledo. Tenía a la sazón 65 años. Allí trabajó hasta sus últimos días.

Una mañana de febrero bajo una intensa nevada se dirigió a los barrios más pobres con el coche cargado de topas, mantas, alimentos, para repartirlas. Al regresar a su casa se sintió mal. Pero al día siguiente salió a visitar a las Damas Católicas y a predicarles unas reflexiones. Con su despedida de ¡Hasta mañana! Dio su último viaje.

Falleció enfermo el 25 de febrero de 1909.

Hombre sabio, santo, prudente, de diálogo con todos los sectores y conocedor como pocos de la realidad social, cultural, política, económica y naturalmente religiosa de su época. Sentía un intenso amor y devoción a la Eucaristía. Se le ha conocido también como el padre de los Congresos eucarísticos españoles. En su lápida rezaba hasta hace poco el texto: Vivió pobre y pobrísimamente murió.

0 comentarios: